APRENDEMOS DE NUESTROS ERRORES
Metidos de lleno en el curso entramos en el momento de aprender de los desafíos que se nos presentan día a día. Nuevas experiencias y nuevos momentos a los que hacer frente. Hablemos hoy un poquito de las experiencias que, a veces, nos frenan: los errores.
Cada uno de nosotros trabaja y se esfuerza por ser cada día un poquito mejor, pero como humanos que somos, fallamos y no por eso somos peores o debemos rendirnos. A ninguno nos gusta equivocarnos porque en muchas ocasiones, tiene una carga tan negativa que se ve como un gran fracaso. Tenemos que ir desechando esa visión y ver el error como una oportunidad de crecimiento personal. La vida es aprendizaje continuo y el error es una forma de aprendizaje.
Aprender de los errores es una de las mejores lecciones que la vida nos puede dar. Cada tropiezo nos permite crecer y ser mejores. No importa cuántas veces caigamos, lo importante es levantarse con más fuerza, sabiendo que, como nos recuerda San Mateo: Con Dios todo es posible.
No hay barreras que no podamos superar cuando confiamos en Él. No debemos temer al fracaso, porque es una oportunidad para aprender y fortalecernos.
¡Confía en ti mismo, confía en Dios, y sigue adelante con fe y perseverancia! No temas equivocarte y aprender de ello para seguir adelante con más fuerza.
Oración final:
Acéptame Señor con mis debilidades y mis errores. Haz que, con tu perdón, sea mejor de lo que soy. Fortaléceme para aprender de mis tropiezos y guíame para descubrir y utilizar mis habilidades al máximo.
Y elevamos nuestra petición con nuestra Madre Auxiliadora, diciendo.
Dios te salve, María...
María, Auxilio de los cristianos... ruega por nosotros.
Amén.