Tú vales mucho
¡Buenos días, chicas y chicos!
Empezamos el día con una pregunta… Cierra los ojos durante medio minuto y piénsalo…
Cuando te miras en el espejo, ¿qué ves? ¿Quién es esa persona que ves cuando te miras?
Todos tenemos una imagen que nos devuelve el espejo cuando nos miramos en la soledad del cuarto de baño recién levantados de la cama y todos tenemos otra imagen que damos a los demás.
De la unión entre ambas imágenes, la que ven los demás y la que veo yo mismo, reside, en gran parte, nuestro bienestar emocional. Cuanto más se diferencien ambas imágenes, más difícil será vivir a gusto.
Recuerda:
La próxima vez que te mires en el espejo, piensa: ¡Yo valgo muchísimo!
A veces, nos enfocamos tanto en los éxitos, en las notas, en los seguidores de redes sociales, o en lo que los demás piensan de nosotros, que olvidamos lo más importante: tu valor no está en lo que conseguimos o en la opinión de los demás.
Tu valor reside en lo que eres, y eso no cambia. Dios te dio muchos valores y es algo que está muy por encima de lo que el mundo nos dice.
Recuérdalo cada día, y al final del curso, casi sin darte cuenta, habrás conseguido casi todas las metas que te hayas propuesto y un poquito más claro el camino a seguir.
Hoy es un nuevo día lleno de oportunidades. ¡Aprovéchalo!
Oración final:
Quiero pedirte en este día, que me ayudes a amarme a mí mismo tal y como soy, pues aunque sé que ante los ojos del mundo no pueda ser perfecto, sé que para ti lo soy porque Tú me has creado con mucho amor.
Y elevamos nuestra petición con nuestra Madre Auxiliadora, diciendo: