Buenos Días del Profe Juan Martínez
El Día Internacional de las Familias se celebra el 15 de mayo de cada año para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes.
Rápidamente se nos viene a la cabeza el concepto de familia formada por personas unidas por un parentesco. Por el padre, la madre, los hijos, los abuelos. Eso es la familia… Pero en realidad no todas las familias son así. Porque hay familias donde no hay abuelo que cuente batallitas o abuela que haga torrijas en Semana Santa. A lo mejor no hay una madre que te abrace al dormir o un padre que te cuente un cuento. Ni siquiera un hermano con el que compartir juegos o con el que pelearte. ¿Si falta alguno de estos miembros ya no es una familia?.¿Hay familias más importantes o “normales” que otras?.¿La familia tiene que ser muy grande para ser de verdad una familia completa?. Pues no, claro que no. Porque la familia no es eso. La familia no depende de las personas que componen el hogar. La familia está formada por personas que tienen un vínculo común, un objetivo común, unas ideas parecidas… La familia es sinónimo de hogar, de protección. Es el lugar y las personas donde y con las que te sientes querido. La familia la forman los gestos, las palabras, el cariño, las sonrisas, la esperanza, la paciencia, la empatía, las voces, los olores… Está formada por aquellas personas que te esperan, que se preocupan por ti, que desean que vuelvas cuando te vas, que te cuidan.
La familia es como el cimiento de una casa; proporciona estabilidad, apoyo y un sentido de pertenencia que es fundamental para el desarrollo y el bienestar de cada persona. Es en la familia donde aprendemos los valores, las normas sociales y las habilidades para enfrentar los desafíos de la vida.
Hoy, detengámonos un momento para expresar nuestra más sincera gratitud por la familia que nos rodea. Por cada miembro que comparte nuestro viaje, por su amor, apoyo y compañía incondicional en cada paso de nuestro camino. Y sobre todo esforcémonos por cultivar relaciones basadas en el respeto mutuo, la comunicación abierta y la comprensión. Y cuando lleguemos mayores, seamos modelos a seguir para nuestros hijos, enseñándoles con nuestro ejemplo los valores fundamentales de la vida.
María, Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros.
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