BUENOS DÍAS ESPECIALES DE MARÍA AUXILIADORA
MARÍA, GRACIAS POR CAMINAR DE MI MANO
Quiero caminar
contigo, María
Pues tú eres mi
madre, eres mi guía
Tú eres para mí el
más grande ejemplo
De santidad, de
humildad
Quiero caminar
contigo, María
No solo un momento,
todos los días
Necesito tu amor de
madre
Tu intercesión ante
el Señor
Guía mis pasos,
llévame al cielo
Bajo tu manto no
tengo miedo
Llena de gracia, Ave
María
Hoy yo te ofrezco
toda mi vida
Quiero caminar
contigo, María
Madre en el dolor y
en la alegría
Tú que fuiste fiel
hasta el extremo
Fiel en la cruz, fiel
a Jesús
Guía mis pasos,
llévame al cielo
Bajo tu manto no
tengo miedo
Llena de gracia, Ave
María
Hoy yo te ofrezco
toda mi vida
Celestial princesa,
mírame con compasión
Hoy te doy mi alma,
vida y corazón
Guía mis pasos,
llévame al cielo
Bajo tu manto no
tengo miedo
Llena de gracia, Ave
María
Hoy yo te ofrezco
toda mi vida
Guía mis pasos,
llévame al cielo
Bajo tu manto no
tengo miedo
Llena de gracia, Ave
María
Hoy yo te ofrezco toda mi vida.
Reflexión y momento de interioridad
Con la letra de la canción proyectada dejamos un minuto de silencio. En voz alta, los que quieran, van diciendo la parte que más le ha llamado la atención o le ha gustado de la canción…
Cuando terminamos, proyectamos
esta frase en la pizarra:
“Quiero caminar
contigo, María…”
Lee el vocal de pastoral:
Este verso, tan sencillo, nos
recuerda algo muy grande: no caminamos solos.
María es una madre que va delante abriendo caminos, va al lado sosteniéndonos cuando flaqueamos y va detrás animándonos cuando sentimos que no podemos más.
Tener a María con nosotros no
significa que no habrá dificultades, exámenes o cansancio. Pero sí significa
que, cuando nos cuesta, no estamos solos, y que su mano siempre está extendida
para ayudarnos a dar un paso más. Don Bosco no dio un paso sin confiar en María
Auxiliadora, porque sabía que, con Ella, todo es posible y nada se pierde. Ella
lo ha hecho todo.
María, es esa madre que no hace ruido, pero está ahí. Que nos mira con cariño y nos recuerda: “Tú puedes. Estoy contigo.”
Y justo ahora, cuando el curso
empieza a apretar, cuando los días pesan y las energías van bajando, este
mensaje cobra aún más sentido.
María nos anima a no rendirnos, a cuidar lo que queda y a dar lo mejor de nosotros mismos, no solo en los estudios, sino también en cómo tratamos a los demás.
Teniendo a María presente en nuestro día a día todo es más fácil, más llevadero, y todo tiene más sentido.
Y es que María no solo camina con
nosotros, también nos inspira. Su forma de vivir, de amar, de confiar, puede
enseñarnos mucho.
Por eso, hoy queremos fijarnos en sus virtudes, en esas cualidades que la hicieron tan especial… y que también pueden florecer en nosotros.
¿Cuántas veces en
tu vida has sentido que alguien te ha acompañado en silencio y te ha dado
fuerza sin decir nada?
¿Qué virtud de
María me gustaría vivir hoy?
¿Cómo puedo hacer
presente a María en mis gestos, palabras y decisiones?
Dinámica: con flores a María
Ahora, en pequeño grupos, recibiremos un pétalo. En él, escribiremos una cualidad que admiremos en María (valiente, humilde, fiel, paciente, alegre, fuerte, generosa...).
Al terminar, colocaremos todos los pétalos formando una gran flor que el vocal de pastoral ofrecerá hoy por la clase en una ofrenda en la capilla. Esa flor será nuestro regalo colectivo del mes de mayo y nos recordará cómo es María… y cómo nos gustaría ser. Todas esas virtudes no están solo en Ella… también pueden estar en nosotros.
(Dejamos un momentito para que en pequeños grupos completemos cada pétalo con una virtud o cualidad)
Porque si caminamos con María, poco a poco nos parecemos más
a ella.
Y ahora rezamos todos juntos
Oración final
María Auxiliadora, Madre buena,
acompáñanos en este día.
Enséñanos a amar como tú,
a confiar como tú,
y a mirar a los demás con ternura y alegría.
Quédate con nosotros,
camina a nuestro lado.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.