JESÚS NO VIVE DESDE LA SOLEDAD: FORMA UN GRUPO Y PROPONE LA COMUNIDAD COMO FORMA DE VIDA
EVANGELIO: Mateo 18, 20
«Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos»
LECTURA Y REFLEXIÓN
Jesús había dejado un recuerdo imborrable en aquellos que lo conocieron, lo acompañaron y lo vieron actuar por los caminos y pueblos de Palestina. Su mensaje y estilo les expresaba la cercanía de Dios, les llenaba el corazón y les daba esperanza.
Seguirlo fue para muchos una opción de vida, definitiva y plena; tanto, que no pudieron evitar comunicarlo y compartirlo con todos los hombres y mujeres. Éste fue también el mandato de Jesús: “Id, pues, y haced mis discípulos a todos los habitantes del mundo; bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 19) … Y de este modo, pronto surgen, no sin dificultades, las primeras comunidades cristianas. Ingente la labor misionera de los primeros apóstoles, especialmente de un Pablo de Tarso que recorre el Mediterráneo comunicando una experiencia que le había transformado el corazón y la vida para siempre. Así, la numerosa red de vías que conducen a Roma y los puertos de las grandes ciudades ven pasar comerciantes, esclavos, soldados y viajeros que hablan de un tal “Cristo” que es expresión de Dios y que anuncia un mensaje nuevo para toda la Humanidad: el mensaje del amor.
Vinieron tiempos difíciles, dudas, persecuciones, desencuentros… pero la Comunidad de creyentes en Jesús, la naciente Iglesia, se hace camino; ¿la clave? situar a Cristo en el centro, en el corazón. Hoy somos herederos de aquellos hombres y mujeres, Jesús sigue vivo en nosotros, en nuestra Iglesia… ¿somos testimonio? ¿Miramos el mundo con los ojos de Jesús?…
ORACIÓN
Padre amoroso,
En tu amor nos llenas de gracia a cada uno por igual.
Enséñanos a amar más profundamente a nuestro prójimo,
para que así podamos construir comunidades de justicia y paz.
Inspíranos a emplear nuestra creatividad
en desarrollar las estructuras que sean necesarias
para vencer los obstáculos de la intolerancia y la indiferencia.
Que Jesús nos de el ejemplo necesario
y envíe el Espíritu para animar nuestros corazones.
Amén
AVISOS